El mundo de la medicina es sumamente grande. Diariamente escuchamos de nuevos avances para combatir un sinfín de padecimientos. Todo orientado a encontrar la cura en beneficio de la humanidad. Sin embargo, hay un padecimiento recurrente en los mexicanos que poco se menciona: la INVERFOBIA.
La INVERFOBIA puede definirse como el miedo a invertir. De manera más específica, el miedo a tomar decisiones financieras con nuestro dinero, lo que provoca que nos paralicemos. Al igual que los padecimientos crónicos, sus efectos se incrementan en el largo plazo. A continuación, te cuento un poco más:
¿Cómo podemos describir un caso típico?
Imaginemos a una persona que tiene en su cuenta de nómina 12 mil pesos al mes, en donde su capacidad de ahorrar es de 500 pesos a la quincena. Si padece de INVERFOBIA, lo más probable es que esos 12 mil pesos no crezcan. ¿Y qué va a suceder? que su capacidad de ahorro se verá mermada por gastos innecesarios, y que después de algunos años, su dinero permanezca inmóvil en su cuenta bancaria disminuyendo su valor por las comisiones y por la inflación.
¿Cómo puedo saber que tengo INVERFOBIA?
Hay algunos síntomas característicos:
Si alguno de los puntos anteriores te resuena, es que puedes padecer de INVERFOBIA.
Pero ¿cómo puedo curarme?
La buena noticia es que, a diferencia de los padecimientos médicos crónicos, la INVERFOBIA es muy fácil de tratar. Existen en el mercado opciones muy sencillas, seguras y de fácil acceso para comenzar a invertir. No necesitas ser un millonario experto en inversión. Además, aprovechando el uso de la tecnología, puedes encontrar alternativas desde la palma de tu mano. Pero, por favor, no olvides la siguiente regla de oro: solo acércate con instituciones financieras reguladas, con una amplia trayectoria y que estén entre las principales de su categoría.
Comenzar a poner estos temas sobre la mesa es una de las mejores formas de ir construyendo una mejor cultura financiera.