Cuando administramos nuestras finanzas personales pueden existir diversas confusiones, sobre todo por qué existe toda una gran variedad de productos ofrecidos por bancos, aseguradoras, afores, cooperativas, casas de bolsa, sociedades financieras, entre otras instituciones. Si bien muchas de ellas brindan alternativas para diversos propósitos financieros como ahorrar, invertir, ahorrar para el retiro, protegernos a nosotros mismos y a nuestro patrimonio o solicitar un crédito, existen productos que parecen tener más similitudes que diferencias y a simple vista no es tan fácil identificar los elementos que los hacen diferentes, por eso, es necesario analizarlos con cuidado y a detalle para entender su funcionamiento y tomar la mejor decisión dependiendo de nuestra necesidad.
Una cuenta de débito y una cuenta de ahorro son herramientas sin duda parecidas, pero con marcadas diferencias, la primera también llamada cuenta corriente, es un instrumento pensado en la transaccionalidad, es decir, realizar movimientos financieros de manera constante tales como depósitos, transferencias, retiro de efectivo, pagos en comercios y pagos de servicios.
Un producto de ahorro, como su nombre lo indica está centrado en esta práctica, por lo que estos recursos están (o deberían estar) pensados en el cumplimiento de diferentes metas a corto, mediano o largo plazo.
En ambas puedes disponer de tu dinero de manera inmediata.
Diversos bancos ofrecen una opción “hibrida” que combina las bondades de ambos tipos y es la posibilidad de crear y etiquetar espacios virtuales para separar nuestro dinero del espacio principal y dividirlo para diversos propósitos, esto con el objetivo de administrar tu dinero, evitar tentaciones y lograr un objetivo específico, todo desde la comodidad de tu aplicación bancaria.
En suma, la cuenta de débito es para el uso diario que le das a tu dinero y la de ahorro para usar tu dinero después con una pequeña ganancia. Sin embargo, dentro de los bancos hay otras opciones en las que puedes generar mayores rendimientos como los Pagarés, los Certificado de depósito o los Fondos de inversión. Considera esto para elegir entre cualquiera de ellas.