Tener auto es considerado un símbolo de estatus y libertad. Sin embargo, ha crecido el interés de dejarlo de utilizar no sólo por preocupaciones ambientales, sino también por sus implicaciones económicas.
Uno de los beneficios más evidentes de no usar un auto es la disminución de los costos directos asociados con su propiedad y mantenimiento.
Estos costos incluyen desde su adquisición, la cual puede implicar una inversión de por lo menos 200 mil pesos, que puede elevarse hasta los tres millones de pesos, dependiendo de si es un auto nuevo o usado, además de que el costo varía de acuerdo con el modelo y marca.
También se deben considerar gastos adicionales como seguro, mantenimiento, reparaciones y trámites vehiculares.
Asimismo, se debe destinar un presupuesto para estacionamiento, que permita reducir riesgos de percances y/o robos, y combustible.
De manera que optar por transporte público no sólo es una opción viable sino también más económica. Incluso, éste cuenta con tarifas reducidas para estudiantes y adultos mayores.
¿Por qué más prescindir del uso de auto? Se reduce el estrés de conducir, lo que también repercute en una mejor calidad de vida.
Las horas gastadas en el tráfico, por ejemplo, puedes utilizarlas en leer o simplemente relajarte si optaste por usar transporte público, pero también podrías transitar tus trayectos en bicicleta o caminar a tu destino.
En conclusión, no disponer de auto obliga a desplazarse más caminando y en transporte público, lo que, a medio y largo plazo, tiene efectos positivos no sólo sobre la salud sino también sobre la cartera.
El uso de auto está relacionado con la contaminación del aire y otros problemas de salud pública.
Incluso, las ciudades que experimentan altos niveles de contaminación suelen enfrentar gastos elevados en atención médica debido a enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la mala calidad del aire.
Así que, al optar por formas de transporte más sostenibles, como caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público, se contribuye a la reducción de estas externalidades negativas, lo que a su vez puede llevar a un ahorro significativo en términos de costos de salud pública.
Además, al elegir no usar un automóvil, podrías animarte a explorar tu entorno y utilizar servicios cercanos como mercados, restaurantes y tiendas.
Toma en cuenta que tu consumo contribuye a la creación de empleos y al fortalecimiento del tejido social.