Los créditos rápidos son populares por la facilidad para conseguirlos (ya que no se requiere de mucha documentación) y por la accesibilidad (pues están disponibles para personas que quizás no cumplan con los requisitos de los préstamos tradicionales). Los créditos rápidos son, básicamente, préstamos de pequeñas cantidades de dinero que se conceden de manera inmediata, a menudo a través de una plataforma digital.
Pero detrás de esta facilidad de los créditos rápidos se pueden esconder, entre otras cosas, malas decisiones de los usuarios. Por ejemplo, en Credmex, hemos identificado casos de personas que solicitan de manera simultánea múltiples créditos rápidos a diferentes plataformas, sobreendeudándose y comprometiendo su estabilidad financiera.
Debemos entender que estos créditos vienen acompañados de intereses que pueden ir de una tasa media a una tasa muy alta, dependiendo del riesgo que identifica la institución en cada solicitante, y esto funciona prácticamente igual que en un crédito bancario.
Por lo tanto, si no se gestionan de manera responsable, el solicitar uno o varios créditos inmediatos puede generar problemas financieros que nos lleven a disponer de dinero con el que tal vez contábamos. Esto, sin mencionar la necesidad de establecer un análisis de las plataformas a las que le estamos solicitando el préstamo, pues al ser entidades que operan digitalmente, es importante tener cuidado de a quién le estamos dando nuestra información personal.
Depende de la situación, los créditos rápidos pueden ser una gran salida ante una emergencia, pues el dinero está disponible casi al instante, lo que resulta ideal para situaciones imprevistas donde se complique conseguir el dinero de un préstamo tradicional.
Incluso pueden ser de gran ayuda para algunas situaciones puntuales cuando no se dispone de otras fuentes de financiación a corto plazo. En lo personal, he visto casos de taxistas que se ayudan de un crédito personal para pagar una reparación en su auto, así como otras personas que pagan alguna licencia de software para desarrollar un proyecto laboral.
Pero, ojo aquí, cuando lo que quieres pagar no tiene que ver con un gasto de emergencia o realizar una inversión que te va a rendir frutos en el corto o mediano plazo, hay que tener cuidado, sobre todo porque las tasas de interés pueden jugar en tu contra y terminar elevando el gasto de lo que estás por pagar.
Entonces, los créditos rápidos sí se recomiendan siempre y cuando revises las condiciones y las tasas y compares con otros competidores las condiciones de estos créditos. Recuerda que siempre debes cerciorarte de que la financiera que te ofrece el crédito está avalada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Recuerda siempre que antes de recurrir a un crédito rápido, puedes revisar otras opciones, dependiendo del tipo de gasto que estás por hacer: si lo que vas a pagar se puede diferir a un programa de meses sin intereses o si existe alguna fuente de financiamiento que no habías considerado hasta ese momento.
Si en tu caso has decidido que tu emergencia requiere de un préstamo rápido, no olvides que debes planificar y crear un plan de pagos realista para evitar caer en atrasos que terminen impactando tu estabilidad financiera.
En definitiva, los créditos rápidos pueden ser una solución conveniente en momentos de apuro, y ser nuestros mejores aliados, pero es fundamental utilizarlos con precaución y responsabilidad.