Hoy podemos transferir dinero en segundos a otra persona dentro o fuera del país, realizar compras por internet y pagar con los datos de nuestra tarjeta física o digital (por seguridad es mejor lo segundo), retirar dinero en los cajeros sin llevar nuestra tarjeta de débito, pagar por alguna compra con nuestro teléfono celular, programar pagos por nuestros servicios o invertir cada determinado tiempo, entre muchas otras operaciones bancarias.
Pero el mundo no ha sido siempre así, recuerdo cuando yo era niño (a mediados de los 80) y mi papá llegó muy emocionado a contarnos que cada quincena ya no iría a formarse para recibir su salario, que ahora le pagarían mediante una tarjeta y que en el banco le darían el dinero. “¿En la tarjeta meterán el dinero? ¿Cómo lo harán? ¿Los del banco son quienes pueden sacarlo de la tarjeta cuándo la lleves? ¿Cada quincena te darán una tarjeta nueva donde pondrán el pago de esos días?” Fueron algunas de las preguntas que mi hermano de 10 años y yo de 8 planteamos y para las cuales mi papá no tuvo respuesta.
En la empresa donde mi papá trabajaba, la Refinería Gral. Lázaro Cárdenas del Río, había alrededor de 3,000 trabajadores, cada uno tomaba alrededor de 1 hora de su tiempo, considerando traslados, para ir a cobrar quincena tras quincena. ¡6,000 mil horas al mes que se utilizaban en que las personas estuvieran paradas esperando! Imagina esto a nivel nacional, eran millones de horas mes a mes que prácticamente se desaprovechaban.
En México se han dado diferentes innovaciones en el sistema financiero. En 1968 se lanza la primera tarjeta de crédito, en 1973 se pone en operación el primer cajero automático, en 1998 se inicia la banca por internet y pocos años después la banca móvil. Esto solo por mencionar algunos ejemplos de las acciones innovadoras que se han instrumentado y que han favorecido la transformación del sector bancario y la evolución de productos financieros en México.
¿Cuál ha sido la importancia de todo esto?
Así que la innovación en los bancos para buscar mejores experiencias y productos financieros nos conviene a todos.