Para el Grupo Financiero BASE, la fortaleza del peso mexicano, la cual suma cinco meses consecutivos ganando terreno frente al dólar, está poniendo en predicamento a los exportadores y receptores de remesas al no poder contrastar los efectos de dicha apreciación a la misma velocidad.
De acuerdo con la institución financiera, los niveles actuales del peso, el cual acumula una apreciación en los últimos cinco meses de 9.32% o 1 peso con 82 centavos, pueden causar una desaceleración del consumo y un menor crecimiento de las exportaciones mexicanas.
En el caso de las remesas, si el tipo de cambio continúa el resto del año en los niveles actuales, estas perderían 10.60% de su poder adquisitivo respecto al 2022, siendo la mayor caída de la cual se tenga registro. Y es que, los mexicanos en Estados Unidos están mandando el mismo número de dólares y sus familiares están recibiendo menos dinero.
En cuanto a las empresas exportadoras, los especialistas indicaron que factores como la pérdida de competitividad, la reducción de márgenes, una menor demanda de productos y el impacto hacia sectores dependientes de las exportaciones son efectos que empiezan a perjudicar su operación y sus presupuestos.
Por lo que, un peso fuerte, puede hacer que los productos mexicanos sean más caros en los mercados internacionales. Esto puede hacer que los exportadores enfrenten una mayor competencia de países con monedas más débiles y resulte en una pérdida de competitividad.
Los sectores de la economía mexicana que dependen en gran medida de las exportaciones, como la industria manufacturera y el sector agrícola, pueden verse también afectados por una moneda fuerte. La apreciación del peso puede limitar su capacidad para competir en los mercados internacionales y afectar negativamente su crecimiento y empleo.