Darles un enfoque neutral a tus hijos en el que no se ligue la educación financiera con emociones negativas, evitará que en el futuro surjan sentimientos de culpa o ansiedad derivados por los hábitos de gasto.
Una de las claves para que mantengan una relación saludable con el dinero, es hacerles ver que no se trata de un premio; sino más bien transmitirles que es un medio para conseguir buenos objetivos.
Tratar dicho tema desde la práctica, hará más fácil y divertido el tema. Hacerles partícipes de aquellas actividades que realizamos en el día a día como comprar el mandado o ir al banco, ayudará a que entiendan cuál es la función del dinero.
En estos hábitos cotidianos, se puede animar a los hijos a comparar precios o dejarles pagar pequeños importes. También, permitirles que participen en la planificación de los gastos de un viaje u otras actividades que se hagan en familia, ayudará a desarrollar el interés en el manejo de sus finanzas.