Para los negocios digitales, integrar múltiples métodos de pago (tarjetas de débito y crédito, enlaces de pago, SPEI, opciones de meses sin intereses y pagos en efectivo) no sólo amplía las oportunidades de venta, sino también mejora la experiencia del cliente.
Según el estudio de ventas en línea de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), el uso de tarjetas de crédito (57%) y débito (74%) sigue siendo el método de pago más popular en canales digitales, y muchos usuarios optan por utilizar diferentes tarjetas según el tipo de compra y plataforma.
En este sentido, el auge del comercio en línea impulsa la necesidad de una infraestructura sólida que permita gestionar pagos de manera eficiente y segura. Los sistemas de pago con tarjeta deben contar con tecnología avanzada de seguridad, como certificaciones de estándar de seguridad de datos para la industria de tarjetas de pago (PCI DSS) y mecanismos antifraude, que protegen tanto a comerciantes como a consumidores, facilitando transacciones sin contratiempos y fortaleciendo la confianza en el comercio electrónico.
Además, la plataforma de pagos TipTop Pay ha observado un crecimiento del 17% en el uso de transferencias SPEI en el comercio electrónico este año, lo que indica un cambio en las preferencias de los consumidores. Al utilizar una pasarela de pago que ofrezca soluciones híbridas automatizadas que combinen eCommerce con métodos de pago tradicionales, los negocios en línea pueden aumentar sus tasas de conversión, acceder a mercados menos bancarizados y generar confianza entre sus clientes sin los típicos esfuerzos operativos internos asociados con la aceptación de transferencias bancarias.
Cabe señalar que en el mercado mexicano, diversificar los métodos de pago es una ventaja clave para los negocios, permitiéndoles aumentar las ventas, fomentar la inclusión financiera y atender a una amplia gama de consumidores, desde aquellos que dependen del efectivo hasta los más familiarizados con los pagos digitales. Al ofrecer flexibilidad en las opciones de pago, las empresas pueden aprovechar el potencial completo de los sectores minorista y de comercio electrónico en México, alcanzando mercados desatendidos y promoviendo el crecimiento en una economía cada vez más digital.