En México el acceso y uso de servicios financieros formales es bajo y ha permanecido estancado mientras que, en otros países con menor nivel de desarrollo, ha venido aumentando en los últimos años.
De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la variable que explica el bajo uso de productos financieros es el nivel de escolaridad, lo que determina en gran parte los ecosistemas sociales y económicos a los que pertenece un individuo.
EL DATO: Según datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, hasta 2021 el 32% (26.9 millones) de los adultos no contaban con ningún producto financiero, de los cuales 63% son mujeres, 34% tienen entre 18-29 años y 65% gana menos de 5 mil pesos al mes.
Para Ana Laura Martínez Gutiérrez, investigadora asociada externa del CEEY, las personas cuyo statu quo pertenece a los sectores con menor nivel educativo y menores ingresos, enfrentan mayor estrés financiero e incertidumbre que a su vez genera tendencias autoexcluyentes del sistema financiero formal.
“Si logramos aumentar el uso de productos financieros formales, enfocándonos en cambiar conductas y diseñar productos que se ajusten a condiciones de mayor variabilidad en el ingreso, podremos romper normas sociales y patrones intergeneracionales en las decisiones financieras y, con ello, generar un impulso a la movilidad social de sectores excluidos”, destacó Ana Laura Martínez.
Inclusión financiera en México
Como conclusión el CEEY señaló que tener una mayor educación tiene un efecto positivo en la inclusión financiera, en específico para las personas con un nivel de educación superior.